Va sin descansar un carretero con su carga a la ciudad y en su cantar pregó la dicha del campo en la inmensidad entre sombra y luz con el jijuza va marchando hasta el poblao mientras el vaivén añora dulce de su chango el moraiju sus ritmicos sons van sazonando el dulzor de las frutas tiernas que se lleva pa' vender y su lento andar va inspirando al carretón la dulce canción que gime el eje al traquetear a su querer de vuelta ya donde su amada lo espera com rico sonor su corazón contento está y en su guitarra cantando da gracias a Dios.