Allí yacía en el borde de una acera tirado, Reposaba un desecho barrido hacia el alcantarillado, Levántose con cara amarilla, despertárosle, Y a una farola díjole hablándole de usted: Oiga perdone busco un bar el más cercano, El creyó entender: siga recto el de la esquina está cerrado, Siguió su curso y echó mano al bolsillo, Saco un pito y mirose sus dedos y vioselos ultramarillo, No dudó en echarse otro a la boca, Los avisos de muerte en el paquete, por lo que se ve no importan, Optó, por entrar en otra tasca y darle al frasco, Y un poco ofuscado se empezó a comer el tarro, Se imaginó coger a un rapper de estos guaperas medio modelo, Y engancharle un gancho a los huevos, Tirar de él con una cadena atada a un patrol, Y desgarrarle la bolsa escrotal hasta oír sus llantos, Que malévolo, necesita calma, Que cojones le echó en el ron el hijo de puta del barman, Necesitaba poner su cabeza en orden, Y cambióse de bar y ambiente para acabar bien la noche, Postró su culo en otro guariche inmundo, Y con las últimas pelas pidióse su último tubo, El pensaba "a ver si aquí me comporto y no me desvaría el coco" y se equivocó, Pensó en raptar a otro rapero español de estos que están de modas, Un bailarín con gracia y un desgraciado ahora, Amordazarlo a cuatro patas y sus nalgas en pompa, Y meterle un soldador ardiendo por el culo hasta la boca, Deliraba, buscaba venganza a base de sangre, Aquí perdones no valen, ¡que te calles!, Volvió en sí y se dijo "yo nunca lo haría aunque sería mi mayor fantasía", Son los pensamientos más ocultos de este zombi nocturno, De pelo largo, barba y moribundo, Sho hai era el medio muerto medio vivo con talento, En este macabro intento de feliz cuento, Y así otra noche de este fantasma, Sin alegrías ni penas, anda cumpliendo condenas, buscando respuestas, Se fue dando portazos por no partirse la crisma en pedazos, Echando el humo por la boca, ¿quién gobierna esta cabeza loca? Cual ciudad sin ley cuando se desboca, Lamentando cada oportunidad perdida, relamiendo las heridas, Y así anda resoplando por la vida, Suspirando, tomando aire, tropezando con bordillos en la calle, Doblando esquinas no espero a nadie, Cortando el tráfico, Volver a casa arrepentido no es trágico, En la calle suena doble v y eso es mágico, Yo era un ladrón con talento, Asaltando el firmamento robando estrellas, Borrando las huellas, Disimulando nuestras miserias, Sin problemas que nos desborden, Se que el universo pone las cosas en orden, La conciencia me está gritando algo, Que venga demostrándole al mundo lo que valgo, Siempre pago lo que debo y lo que bebo, Nada nuevo, me muevo, paso el relevo, agárrame si me elevo, Vuelvo haciendo saltar las alarmas, Preguntándome donde estaban las cámaras, Que no las ves, pero te graban, Las desafío escribiendo mi nombre, Parece que el genio sea la razón de ser del hombre, Y sea donde, se libre de la agonía, Yo ando buscando armonía, Siempre y cuando jamás nos falte compañía, Y así encontré a javat y a hate, Tres historias de película en tu cine mental, Sobre una instrumental. Cuando cerraron el bar de la esquina, Se vio en la calle con un frío de tres pares de cojones a las tres, Solo como toda la tarde solo, con el marqués de cáceres, Ciudadano sade con dejadez, Un diez merece su memez, Aislao de la gente por miedo a echarse a llorar de repente otra vez, Toda la semana, ya sabes no tienen horario, Gimiendo en las calles del barrio arrastraba sus pies, Un portazo se oyó en toda la ciudad de repente, Y despertóse un borracho barbudo en la acera de enfrente, "está cerrado no me trate de usted, más alante hay uno abierto en fin ve y bebe", Cada uno por su lado se fue, Nuestro amigo ya está fuera de sí, en fin, el diablo está en él, Le aconseja ahorrar lo suficiente, Encerrarse para siempre en algún lado, Morir sin ser enterrado, Bueno sí en el lodo de su mente, Y así continúa este dúo, el búho y la serpiente, Como describir ese drama, Ese infierno interno, en el frío invierno, el eterno, camino a la cama caliente, Ya se desploma creyéndose a salvo, Se dispone para el coma pero se olvida de algo, No tiene control y un sollozo involuntario, Convierte su cama en un pozo y allí se retuerce, Éxtasis extraordinario que nadie merece, Entre la angustia y el gozo, el dolor y el placer se mecen, Joven atormentado su nombre da igual, Es el final de esta pesadilla real porque ya duerme.