Ya no es un noble oficio ser poeta, ya no sirven los versos. La palabra no es nada, todo está escrito. El poeta se abrió la frente con cuchillos y por la herida interrogó al cerebro: "Tengo la fe perdida y cada nuevo día es una nueva herida; camino por la noche guiado por estrellas distingo los colores de los caminos falsos y mi pena es un volcán cansado una vieja condena ¿y por qué me siguen faltando las palabras para hacer un poema?". El poeta irritado extrajo su cerebro y lo sentó en el suelo se acuchilló los ojos olvidó su pasado y se cortó las manos tras quemar su libreta. En ella había escritas tan sólo dos palabras: puta mierda.