Nunca proyectó ser infiel Pero la arrastraron sus pies Como el río olvida en el mar Su color y el nombre al entrar. Tiene en las espaldas siempre su mirada Cuando corre en busca de él, No se siente extraña ni culpable en nada Pero qué difícil es. No volverán Los días que eran siempre igual, Convertida en reina de la casa, Atrofiado el cuerpo de esperar. No volverán Las noches que eran siempre igual De llorarle tantas madrugadas Sus palabras torpes al llegar. Se le enreda la voluntad Cuando es hora de regresar. Vive en un segundo todos los minutos Trata el tiempo de amarrar Pero cualquier tarde temblaran sus dedos Al decir en casa "hoy ya no te quiero". A veces le mira como a un ser extraño Al que nunca pueda odiar. Nunca fue difícil cambiar los afectos Ni una pasión grande por amor pequeño.