Duros años de miedo van cayendo vencidos por la inercia de los tiempos. Veremos en un día muy cercano salir de la trinchera a los hermanos. Yo no sé si ustedes se dan cuenta pero la gente empieza a irse de la lengua. Nadie puede juzgar este momento porque hasta los jueces tienen miedo. El miedo, lo sabéis, está en deshielo pero los coletazos traen veneno. Tenemos la experiencia del destierro la furia incontenible de los muertos. Tenemos la razón para cantarla, la voz, la fe, el grito y la palabra.