Hubo un país hace mil años una vez, que andaba mal porque no había que comer. Entonces vinieron profetas a enseñar con muchos libros que había que estudiar. Todo se leyó, todo se aprendió del sueño que había en los libros. Palabra a palabra las herramientas fueron olvidadas por la fantasía. Pero después no se sabía como arar. Pero después no se sabía amartillar. Pero después no se sabía ni coser. Porque después las herramientas depreciaron a los hombres. Hubo un país hace mil años una vez, que aprendió la gran lección de subsistir y poco a poco fue sabiendo como usar cada máquina para poder llegar. Todo se sembró después de aprender que el mundo se alcanza sudando segundo a segundo. Y el sueño al lado de las herramientas para repararlas. Lo que cambió la realidad fue trabajar. Lo que cambió la realidad fue aprender. Lo que cambió la realidad fue discutir. Porque la vida no es un sueño y los sueños, sueños son.