Todavía recuerdo el fervor de tu gozo Cuando te bautizaste y a Cristo aceptaste Cuando tú me decías que nada en el mundo Podría separarte del amor de Cristo Pero el tiempo pasó se te fue olvidando Aquellas promesas que en un altar hiciste Y te fuiste haciendo muy amigo del mundo Y te fuiste ahogando en tus propios placeres Y llegaron los vientos te pegaron con fuerza Te azoto el enemigo y te hiciste su amigo Me dejaste muy triste cuando tú te alejaste Ay lo que más me entristece es que te alejaste del cielo Aprendiste a confiar en tus propias fuerzas Aquella fortaleza que de Dios recibiste Cual cosa inservible en un rincón pusiste Y te dedicaste a confiar en ti mismo Y cambiaste de amigo y a Satanás escogiste Y le diste la espalda al Señor de Señores Al rey que muy pronto veremos en las nubes Y si no te arrepientes te perderás para siempre