La devoción sorprende como al que más al mejor saber llorar no ofende tus ojos no hay dos tus ojos no hay dos. Sin ocultar defienden por no evitar la atención al apagar se encienden tus ojos no hay dos tus ojos no hay dos. Que malestar pretenden si no escuchas su canción cuando muchos otros prenden tus ojos no hay dos tus ojos no hay dos. Hay otros que se venden también los hay de ocasión para aquellos que los pierden tus ojos no hay dos tus ojos no hay dos.