(Son) En una isla lejana de palmeras, viento y soles cantaban alegres sones, la trataban como hermana. Anda, guajito, canta, canta tu son verdadero. Anda, guajiro hermano, tendrás que ser el primero. En una isla lejana codiciaban a su palma, y se habló de libertad pero se acabó la calma. El buen vecino mostró su rostro tan verdadero que la palma se secó y se angustió el cocotero. La palabra libertad la corrieron a los mares y se volvió tan amarga como sabor de las sales. Entonces quedó tan sola con su corazón herido y se habló de los hermanos como si fueran bandidos.