Embrujo de naipes, Barullo de fichas, Rodar de bolillas, En cruel tentación. Brillar de los ojos, Que buscan en vano, La pródiga mano De la salvación. Final de los pingos, A media cabeza, Eterna tristeza Del que es perdedor. En esa locura De fiebre encendida Se achica la vida Y se agranda el dolor. Juego... Endemoniado... Con cuánto engaño en el alma penetrás, Juego... Juego endiablado... Es imposible deshacerse de tu mal... Por desquitar ese dinero que perdimos, Con más fuerza nos hundimos Y perdemos más y más... Juego... Juego endiablado... Que fácilmente a la ruina nos llevás. Por culpa del juego, Se entrega un amigo; Por culpa del juego Se pierde un querer. Se vende a un hermano, Se roba y se mata, Nos hunde y nos ata Su brujo poder. Se niega la ayuda, Que pide una madre, Se vuelve un mal padre, Un hombre de bien. Se pierde el orgullo Y hasta la decencia Y el pan de los hijos Se juega también.