Ayer fue tiempo de aclarar tu espacio, cortar el goce de añorar tu piel Y dejar de sangrar historias de mariposas, o de mujer Fue tiempo ya de enterrar fantasmas, por si algún día vuelvas a existir De no volver a derretirme por adentro, de fin a principio, al saber de tí ¿Qué me dirías tú?, ¿qué precio tuvo tu amanecer? Eres el rojo en mis horas blancas Eres el sino que no quiere ser Hace tres años que fue tiempo ya, de hablar y hacer hacia delante Cerrar ventanas abriendo el techo; y mucho antes: De entregarme Tiempo también, de florecer noticias, reconocerme de cualquier modo De no esperar encontrarte entre mis sábanas como si nada, como si todo ¿Qué me dirías tú?, ¿qué precio ostenta tanta inmensidad? Eres el rojo en mis horas blancas Eres un vicio de antigüedad Hace cien años que fue tiempo ya, de abandonar este derroche Pero mis cuerdas me piden entregarte, lo que merezcas, lo que te toque Hace mil siglos que fue tiempo ya, de renunciar a caminar sintiendo Como te nombran los tejados y las calles naciendo en rojo, por todo tiempo ¿Qué me dirías tú?, ¿qué precio tiene lo que no sabrás? Eres el rojo en mis horas blancas Eres la huella que no sé esquivar