El sitio al que los llevaban era una escuela vacía y la escuela se llamaba Santa María. Dejaron a los obreros, los dejaron con sonrisas. Que esperaran les dijeron sólo unos días. Los hombres se confiaron, no les faltaba paciencia ya que habían esperado la vida entera. Siete días esperaron, pero qué infierno se vuelven cuando el pan se está jugando con la muerte. Obrero siempre es peligro. Precaverse es necesario. Así el Estado de Sitio fue declarado. El aire trajo un anuncio, se oía tambor ausente. Era el día veintiuno de diciembre.