Lucía: Salido recién del pueblo, con traje nuevo llegó a Madrid,... Soltero, cuarenta años, algodonero, Juan Valentín, Al veinte de la Gran Vía, por mil pesetas una pensión, Para esperar la noche y salir rugiendo como un león, Dinero de jornalero para tabaco, mujer y alcohol. . . Joaquín: Después de cinco cervezas era el momento para la acción, Solita en una esquina, rubia, divina, su salvación, Con ella se fue del brazo, besos y abrazos al por mayor, Y en un hotel sin estrellas, en diez segundos la desvistió, Y al verla toda desnuda, casi se muere del corazón. . . Voz Pero por qué hombre, qué ha pasao? Cuéntame. . . Eso, cuenta. . . cuenta. . . Lucía y Joaquín: Porque ella no era ella, parecía una doncella Y se llamaba José, Voz Cómo es eso? Lucía y Joaquín: Porque ella no era ella, parecía una doncella Y se llamaba José. . . Lucía: Las piernas no le alcanzaban para escapar de esa situación, Corría por la Gran Vía, como una moto hacia la pensión, Temblando volvió al pueblo y a sus amigos él les contó. . . Joaquín: Ay no saben lo que perdieron, era una rubia como un bombón, Si piensan ir a Madrid, apunten todos su dirección. . . Voz Gracias Juan, gracias. . . Joaquín: Pero por Dios, hombre, pa´que están los amigos? Lucía y Joaquín: Porque ella no era ella, parecía una doncella Y se llamaba José, Voz Pero qué te han hecho Juan? Lucía y Joaquín: Porque ella no era ella, parecía una doncella Y se llamaba José. . . Voz Qué tal estaba la tía? Lucía y Joaquín: Porque ella no era ella, parecía una doncella Y se llamaba José, Porque ella no era ella, parecía una doncella Y se llamaba José. . .