(cueca) Mataron a mi morena En una calleja oscura Tras una esquina desierta. Enfermos de vino y noche, Mojados por fiebre espesa Mataron a mi morena. Una mano rabiosa Le abrió dos ríos Para que se vaciaran Sus pechos míos. Una mano rabiosa Le abrió dos ríos. Le abrió dos ríos, ay sí, Con daga fina Y se volvió morena La honda neblina. No escuchaste mi ruego, Moreno fuego.