(Canción VI de "Cantares del mito americano".) Un cóndor ve la Argentina sin alejarse de Chile, mirando la pampa entera con sus duros ojos grises. Otro desde el Illimani mira el pico de Aconcagua, y se agita ante el gigante cual bandera americana. El cóndor no tiene patria, o mejor tiene una sola: Desde el norte al sur desciende pluma negra y negra ola. El cóndor no reconoce más que la patria profunda: si no encuentra cordilleras rompe la tierra y las funda. La morada de los cóndores es vasta como un imperio: construida entre las cumbres más vastas del hemisferio. La morada de los cóndores es un lugar soberano: instalada sobre el cielo de los sudamericanos.