Por un talud abierto en la pared Te está mirando el ojo de tu pueblo Para saber Si eres aquel Que empuñará las armas de miguel. En el bosque florecen las primeras cenizas, Los volcanes crujientes amontonan el fuego, Con furor se preparan los futuros puñales Y en la calle la sangre de los muertos estalla Pintando en las murallas una orden, Por eso: Hay que preparar diez mil montañas, Encender el llano en llamaradas, Herir las esquinas ciudadanas Y fundar el día en el país, Camaradas. En la unidad del viento está el motor Que mueve la carroza del molino. En la unidad del agua va La fuerza que alza en fiebre al huracán. El trigal es más bello cuando suma la espiga. Los hielos no perforan el conjunto del monte. El torrente arremete como un toro furioso Porque en brusco alarido multiplica la espuma; Y así todo es tan claro de enseñanza, Por eso: El timonel no sólo escrutará De noche el mar: tendrá que adivinarlo. Inmemorial El barco irá Bajo esa mano que abre el temporal. Pero no hace de mando ni timón quien no apura La victoria profunda que despierte a la raza, Quien no estudia la dura proclama de la pólvora, Quien no junta su pecho con el pecho del pueblo, Quien no encuentra en la lucha su destino, Por eso: