Fue un disparo de tiempo lo que hizo añicos su canción, su peonza de viento su caballo de plata o de cartón. Fue un disparo de miedo cuando vió un mundo duro y sólo reino del diente y la pistola. Y no entonces no quiso creer para no ser como ellos. Caminando entre dunas para siempre niño, para siempre poeta. Mapas desconocidos y un sombrero de sombra a la cabeza. Amigo. Teo, amigo hasta qué hondo llegó tu asombro y tu desprecio caminante increíble de la desolación. Entonces no quiso crecer para no ser como ellos.