Esta música que se oye viene de la mano de todos los hombres que traen consigo las distancias y la pechera manchada por su condición humana, que traen tierra con sus botas desde que luchan y andan por amor, desde que viven o mueren a manos de bestias, también por amor. Esto hubiera querido ser un réquiem, pero es imposible cantarle a la muerte de los traen consigo tanta vida, tanta historia. ¡Hay que cambiar crespones y lágrimas por otros tantos disparos en su honor!