El perfume de su almohada tu lo conoces bien y la humedad de sus sabanas blancas también. Que suerte la tuya que puedes tenerlo a tus pies sintiendo en tu boca sus besos que saben a miel. Mirando como le hablas de amor, el tiempo no se detiene, y nada tengo yo que esperar aunque me quede en el aire. Quién como tu que dia a dia puedes tenerle quién como tu que sólo entre tus brazos se duerme. Quién como tu, quién como tu que tarde a tarde esperas que llegue. Quién como tu que con ternura curas sus fiebres quién como tu. Esas noches de locura tu las disfrutas bien y entres sus brazos las horas no pasan, lo sé. Mirando como le hablas de amor, el tiempo no se detiene, y nada tengo yo que esperar aunque me quede en el aire. Quién como tu que dia a dia puedes tenerle quién como tu que sólo entre tus brazos se duerme.