Vivo en el armario de cierta princesa que vive sin pensar en lo que piensa. Fui un feliz regalo, creo que de la abuela soy de un zapatero de primera, dentro del armario y tanta soledad y me saltan las ganas de caminar... de caminar. Tuve dos amigos una bota un viejo zapato que perdió sus agujetas, pero el mes pasado redada de armario y ahora viven en una maleta. Hace un mes que no me calza y me olvide..... que soy solamente un zapato sin pie ... sin pie. Hace poco tiempo, que vengo notando en la habitación otra presencia que abre la ventana, nunca usa la puerta y todas las noches la acorteja, y en silencio se platican no se que y el duro silencio me hace suponer.... suponer... Y escucho el télefono sonar y ella se aloca que rabiano ser quien la provoca sí los zapatos no tienen corazón... por qué lloro si suena el télefono... Llamen al doctor, es decir al zapatero que remiende mi dolor Hace un mes que no me calza y me olvide..... que soy solamente un zapato sin pie ... sin pie. Mi metáfora sólo se alimenta, y en la vida real yo soy el zapato y ella es la princesa.