Cabalgando sobre el viento de la derrota te encontré a mi lado, suspirabas también, y ese brillo que hoy habita mi mirada lo sembraste con tu esperanza y con tu fe. Hoy los días son más días y las sombras ya no son una amenaza solo ausencia de luz, y una noche oscura y sin estrellas aún es bella si a mi lado estás tú. Siempre impredecible el momento oportuno en que surge el hechizo, trampa infalible jugada secreta del dios del amor. ** Yo te pido me acompañes a donde siempre sale el sol, donde conviven la alegría y el dolor; Y que en las noches nos tomemos de la mano y esperemos pacientes el resplandor. Que en la magia del momento vivamos la eternidad, que seamos alas de la libertad, sumergidos en la sangre de la vida, donde se funden el principio y el final.