No me pidas perdón a cada paso, ni te lamentes más por cualquier cosa Todos tenemos triunfos y fracasos, la vida siempre no es color de rosa. Tú sabes que no entiendo esos amores que prefieren vivir entre cadenas a enfrentarse a la vida sin temores, con todas sus virtudes y miserias. ¿Y ahora que? Pensabas que la vida era un capricho más. Que me tendrías dispuesto a hacer tu voluntad. Ya ves, mi amor, que te has equivocado. Decídete. Yo sigo siendo el mismo, no puedo cambiar. Quiero sentirme tuyo, pero en libertad. Me aceptas como soy, o déjame. Decídete. No me preguntes más de dónde vengo. No soporto el control sobre mi vida. No quiero ser el príncipe de un cuento ni un juguete que has hecho a tu medida. Cuanto deseas lo quieres al momento, no piensas que eso pueda hacerme daño. No puedo obligar mis sentimientos. El corazón se entrega voluntario.