Silba y yira alguien en Balvanera ronda y gime y habla con si misma ¿Y cuál será su lugar, su rincón sin lugar? parecer desear... parece desear... y dime así: ¿no fue tu amor lo predecible, al fin, cuando él se marchó y se ocultó de tus ojos, tus ojos de estrella en la tempestad? Ronda y anda pasos que ya no camina... y luce harapos aunque tiene su guita parece flotar... parece flotar parece flotar... uh! y dime así: ¿no fue tu amor lo predecible, al fin, cuando él se cansó y se escapó con sus alas, sus alas de piedra entre la multitud? Ahora, más te miro y más me asombra la mañana que no asoma por tus horas que no pasan ni vuelven, y no hay nadie que te espere alguna vez... y la mañana que no asoma y que asoma sin cesar... ¡... y para qué pensar...! Cruza rectas, cruza y se desvía y nadie ríe ni habla cuando se agita grita y no grita... grita y no grita grita y no grita... uh! y dime así: ¿no fue tu amor lo predecible, al fin, sólo ésta vez, en la que despertó como un rayo, un rayo de olvido y allí se quedó...?