Te quise siempre en el viento, que se niega o que se da, y tengo solo el perfume, alma de tu intimidad, y siendo dueño de nada, todo tu ausencia lo da. Me fui detrás de una estrella, a buscarte más allá, ibas dentro de mi sangre, como el calor de la sal; siguiéndome humildemente, sombra de mi oscuridad. Vuelve siempre, sueño mío, la que adentro de mi alma va, aunque tu ausencia propone, que te siga más alla; nadie tiene lo que busca, el remedio es encontrar. Memoria de un tiempo vivo, que en mi alma fluyendo va; río profundo del sueño, donde todo volverá; porque tuve que perderte, si no he de hallarte jamás. Maldigo tener memoria, y poderte olvidar, para qué salgo a buscarte si eres la estrella fugaz, caes desde el cielo lejos, ¡como para irte a buscar! Vuelve siempre, sueño mío, la que adentro de mi alma va, aunque tu ausencia propone, que te siga más alla; nadie tiene lo que busca, el remedio es encontrar...