En el rinc´´on mas reduso de la casa en la solana de tu boca como una lluvia de incendios sin cabeza Terminaron por encontrarse todos los fantasmas del sumidero perpetuamente niños perpetuamente ausentes hasta llegar a la esperanza de las tumbas Los profetas de las ilusiones decapitadas haran ke cierre mis brazos de arena y trate de no soltarte ni a ti, ni a tus silencios ni a ti, ni a tus extremos ni a esa luz estrangulada ke se aloja en mi piel y en cada astilla de mi noche mas muda y mas ciega ke te buscará ... en lo mas silecioso de esta septima casa de la obscuridad.