La mueca de algún sortilegio del escombro Quiso que mi rumbo despliegue la boca de mis cenizas En la tumba de algún mago de lo fatal Donde el sonido de las manos que invocan Talan la sonrisa de la más sorda de las luces Mirando, a través de un drenaje, todo el planeta de tus cielos Y en ese sermón de los vestigios No deja de llamarme esa luz, su historia Que mece la cuna de la indiferencia Sin más remedio que lo ya leído por el viejo Centinela a su amada Alquimista En el transmutado capricho por seguir viviendo Ando en deseos de encontrarte Decidir si no quedarme O enfrentar algún dragón Sobrevuelo la garganta del destino Abrazarme a tus lunares Que cierran los ojos delante de mi Siento que me escapo a cada instante Entre el vidrio del silencio Y la sombra de tu voz Resbalo por la piel de aquella brisa Por encima del incendio De brazos que miran la calle menor Y es a ti a quien veo de pie Alquimista de lo adverso Y es así, Centinela en tu noche En su ronda habitual Busco aquel abrazo tan lejano Que se tuerce de costado Que se cose a mi razón Quiere un corazón encementado Con el frío bien sentado Busco entre los gestos de un hechizo Entre restos de una muerte Aquel sueño aterrador Ir por esas calles singulares Y abrigarte en tus ciudades La tumba, la esperanza está saqueada ¿Alguien va a resucitarla? Espero que sea el día de hoy Quiso alguna suerte que desate Que me robe algunos versos de Serrat O a Ubiergo otra canción Siento que te fuiste y regresaste Si naciste estoy de suerte Solo espero yo ser yo y no errar la decisión Sale a acompañar a la penumbra Deja que sus dedos soplen El silencio que lo guarde en un cajón Bajo aquella luna descuidada Sigue viendo que la vida no es estar encarcelada En los ojos de una voz Ando entre mandatos tan corruptos Luciérnagas de miedo Asesinos de ilusión ¿Quiero ser acaso un holocausto Un recuerdo ensangrentado? Quiero ser la herida que patea La memoria de una piedra La señal del corazón Quiero ser tu siguiente jugada Si la suerte es tu mirada Quiero ser el tiempo que rebasa El instante transcurrido El eterno pensador En brazos de la estrella más lejana Colocaré ese disparo Que teje palabras que quieren huir Así como las lluvias Las canciones nacen de las tormentas De fríos, de lava de amor e ilusión Y que yacen ocultas en calles dispuestas a ti Y es así que aún te veo en pie Alquimista de lo opuesto Y es así, Centinela en la noche (tu noche) En mi ronda habitual