Siento un ahogo que aprieta en mi cuello, una resaca que me hace sudar. Es la rutina que pega en la cara cada mañana de forma frontal. Volveré a perderme en la calle, entre ruido y algún empujón. Buscaré una salida de aire, un refugio para la evasión. Mucho castigo salpica en la acera, y al que no encaja le queman los pies. Modas postizas que marcan fronteras, sogas que amarran pisando el talón. ¿Dónde iré, esta noche? Si todo huele a dictador. Otra vez, ¡cómo huele! Estoy cansado, me falla el rumbo, por querer y no poder. A la deriva, como un vagabundo, me puedes ver. Volveré a perderme en la calle, entre ruido y algún empujón. Buscaré una salida de aire, un refugio para la evasión.