No pienses que me alegra tu desgracia, No tengo yo tan frío el corazón, Sé cuanto duele perder a quien se ama, Pues ya una vez contigo me pasó. Pero sobreviví a cada aurora, A tus falsas promesas, a tu maldad, Y te repito no me alegra tu desgracia, Aunque lo que me hiciste duele más. Duele más la herida de tu engaño despiadado, Que destrozó mi alma y mi autoestima, Haciéndome sentir tan desdichado, Como el que menos vale en esta vida. Duele más saber que me fingiste en cada beso, Cada minuto, cada hora y cada día, En tus frases de amor y hasta en el sexo, Fuiste la reina de la hipocresía. Pero sobreviví a cada aurora, A tus falsas promesas, a tu maldad, Y te repito no me alegra tu desgracia, Aunque lo que me hiciste duele más. Duele más la herida de tu engaño despiadado, Que destrozó mi alma y mi autoestima, Haciéndome sentir tan desdichado, Como el que menos vale en esta vida. Duele más saber que me fingiste en cada beso, Cada minuto, cada hora y cada día, En tus frases de amor y hasta en el sexo, Fuiste la reina de la hipocresía. Duele más la herida de tu engaño despiadado, Que destrozó mi alma y mi autoestima, Haciéndome sentir tan desdichado, Como el que menos vale en esta vida. Duele más saber que me fingiste en cada beso, Cada minuto, cada hora y cada día, En tus frases de amor y hasta en el sexo, Fuiste la reina de la hipocresía.