Mis penas, mis alegrías, mi tristeza y soledad, mis ilusiones perdidas y un camino por andar. A veces pregunto al viento y no me quiere escuchar. El viento sigue su marcha; yo me quedo y él se va. La calle donde jugaba mi juventud de mi soñar: Un cigarrillo a escondidas, un domingo sin jugar. A veces pregunto al viento y no me quiere escuchar. El viento sigue su marcha; yo me quedo y él se va. Cuando paso por la calle y me miran al pasar, sé que esas mismas personas de mí se van a olvidar. Las luces se han apagado con el aplauso final, y los que hoy tanto me quieren mañana me harán llorar. A veces pregunto al viento y no me quiere escuchar. El viento sigue su marcha; yo me quedo y él se va. A veces pregunto al viento y no me quiere escuchar. El viento sigue su marcha: yo me quedo y él se va.