Podrías pedirme imposibles, que ponga orden en mi armario o que me haga invisible; que volviera los sábados al cine o pintara violines. ¿Y sabes?, subiría, si quisieras, a encender con luz de luna las farolas, una a una, o a traerte en mis manos la lluvia. Hasta lo increíble, como escribir tu nombre con tinta de espuma, hasta darle luz a la noche más oscura, al final del amor. Podrías, retener el universo, cambiar de color los cometas, llevarte el mar al desierto, hacer que se pararan todos los vientos. Podrías conseguir, tal vez, que girara al revés la tierra y que el reloj diera vueltas a la izquierda. Le puedes exigir al sol que se vaya a otro planetario pero no me puedes pedir que no bese tus labios. Le puedes exigir al sol que se vaya a otro planetario pero no me puedes pedir, lo siento, no puedes pedir, que deje de besar tus labios.