(recitado) Alma, escucha esta canción de mi ardiente fantasía, es la voz del corazón que repite siempre ¡mía! Mi amor, yo no puedo olvidar la ilusión de mi vida, sangrando muere mi corazón por incurable herida. Quise entregarte un día todo mi amor no pude realizar lo que forjé pues era pobre y no podía hacerte mía como soñé. Mía, yo te forjé en mi fantasía porque en tus labios yo quería beber las ansias de mi amor. Mía, sigues siendo en mi fantasía y tras de tu amor siempre iré mañana lo mismo que ayer. Hoy mi vida el destino cambió y vengo a ofrecerte el inmenso caudal de mi amor, como siempre ardiente, no lo rechaces ábreme tu corazón porque no encuentro alivio a mi dolor. Sólo en tu boca, si fueras mía, calmar podría mi sed de amor.