Joaquín Sabina

Viudita de Cliquot

Joaquín Sabina


A los quince los cuerdos de atar me cortaron las alas
A los veinte escapé por las malas del pie del altar
A los treinta fui de armas tomar sin chaleco antibalas
Londres fue Montparnasse sin gabachos, atocha con mar

A los cuarenta y diez naufragué en un plus ultra sin faro
Mi caballo volvió solo a casa, ¿qué fue de John Wayne?
Me pasé de la raya con tal de pasar por el aro
Con 60 qué importa la talla de mis Calvin Klein

Nunca suple templar la guitarra que embrida mi potro
Cuando el dealer me dijo que si no le dije que no
La hormiguita murió, la cigarra se murió con otro
Yo aposté por las fichas caídas de tu dominó

Allons enfants de la patrie
Maldito mayo de París
Vendí en Portobello los clavos de mi cruz
Brindé con el diablo a su salud

Se llamaba Rebeca la gringa que empató conmigo
Me sacaba la lengua en lugar de enseñarme a besar
Me compró una tormenta después de robarme el abrigo
Con la espalda mojada no hay nada peor que soñar

Negocié tablas al ajedrez: Tu alfil por mis peones
Abrevé en los pezones con sal de la mujer de Lot
Antes de que tiñera noviembre mis habitaciones
Descorché otra botella con la viudita de Clicquot

Allons enfants de la patrie
Maldito mayo de París
Vendí en Portobello los clavos de mi cruz
Brindé con el diablo a su salud

Mi manera de comprometerme fue darme a la fuga