Son guapos, felices, macizos, nocturnos, famosos, simpáticos, inútiles y absurdos. Destacan, se hunden, se tuestan al sol. Esquían, navegan, se ahogan de alcohol. Tienen más cajones, pero también más trastos. Tienen más vestidos, pero también van a más lugares. En paz. Tienen más amigos, pero también más falsos, y más seguridad, pero también más miedo. Tienen más dinero, pero también más gastos. Tienen más poder, pero también más preocupaciones. En paz. Tienen más de todo, pero también más a perder. Quizás el mundo es suyo, pero les tenemos rodeados. Solos, en parejas o en bandada, la jet. Son moda, primicia y noticia para corderos. Se operan, se enfajan, viajan a todas partes. Los miman, se los rifan a caballo y a pie. Tienen más stánding, pero también más rentas y más que lucir, pero también más que ocultar. En paz. Tienen más pecados, pero también más jeta. Tienen más camino, pero también más llano. Tienen más amantes, pero también más cuernos. Tienen más zapatos, pero también tienen dos pies. En paz. Tienen más apellidos, pero también la palman, pero, eso sí, después de haber vivido como dios.