Joan Manuel Serrat

Casi Una Mujer

Joan Manuel Serrat


Tiene los cabellos largos y limpios de color trigo maduro y el olor del pan blanco cuando sale del horno. Y tiene los ojos azules, la piel suave y el pecho duro. Aun lleva calcetines... Aún lleva calcetines... Es casi una mujer, que me mira casi como una mujer, me escucha casi como una mujer y vibra casi como una mujer, como una mujer que te quiere como a nadie y que por la mañana abre sus ojos contigo. Como un calidoscopio de cristales diminutos cambia de dibujo y de color, si al amanecer luce el sol o ha llovido. Y llena mi mundo de flores... Y llena mi mundo de flores... Es casi como una mujer, me engaña casi como una mujer, me busca casi como una mujer, y juega casi como una mujer, como una mujer que te quiere como a nadie y que por la mañana abre sus ojos contigo. Me gusta acariciarla, porque me limpia el corazón. Quiero ser maestro de amor como Salvat. Y en mis rodillas, acunar su cuello delgado y fuerte. 
Me da igual si es pecado... Me da igual si es pecado... Es casi una mujer, sueña casi como una mujer ama casi como una mujer, tiembla casi como una mujer, como una mujer que te quiere como a nadie y que por la mañana abre sus ojos contigo.