Era noche de labios valientes y sabios. Era noche de luna redonda de espuma. Era la noche de abril, pechos de marfil y la oscuridad; era la noche sin fin en el laberinto de la ciudad, en abril. Pasaron muchas horas y vino la aurora, mientras que tú dormías el sueño del primer día. Amanecida de abril, sábanas de añil y la claridad, y la ternura, por fin, vino del abrazo de la amistad, en abril.