Ay este niño, que es un caso, Apunta buenas maneras, Pero cuando pinta un vaso El agua la pone afuera. De málaga, malagueño, Malagueñito. Tú nunca fuiste pobre, Ni señorito. El divino impertinente Se tutea con la gloria, Con su pincel insolente Se va escribiendo la historia, Y anda. De cuadro en cuadro, vas al asalto. Saltabas como un chiquillo: Huracanes de cobalto, Temporales de amarillo. Y de la ceca a la meca, De la locura a las damas. Cuál de todas tus muñecas Puso color en tu cama. Cuando un perfume exquisito A dólar y trementina, Te viene abriendo puertas En la medida que caminas, Y el eco de tu presencia Se lo rifan los señores, Tú defiendes tu conciencia A brochazos tricolores.