Un gentil galán de fina expresión, porte de Don Juan muy elegantón, me ha venido a visitar y a ofrecer su pasión sin igual, porque se quiere casar. Lo del casamiento -le dije- amigo no me interesa, ni un tanto así... Me revienta todo lo que deriva de la hermosura del dulce hogar. Para que el Gobierno gane diez pesos no comprometo mi libertad... El estar casada es vivir atada, con un clavo al lado y en eterna discusión... Es vender la vida por casa y comida y vivir pendiente de las broncas del patrón. El gentil galán no se conmovió y con un ademán firme, prosiguió, empeñado en demostrar que el hogar para mí era sol... pero yo le repetí Lo del casamiento -le dije- amigo no me interesa, ni un tanto así... Me revienta todo lo que deriva de la hermosura del dulce hogar. Para que el Gobierno gane diez pesos no comprometo mi libertad...