Era hermosa Lo mismo que una noche de alcohol En una habitación ajena Me hablaba de canciones y poemas De cursis cantautores engreídos Y apretaba contra el pecho un disco mío Yo la escuchaba un tanto divertido Ella era y lo sabía, tan hermosa Me fui a la barra y me pedí una copa Vino a mi lado y continúo diciendo No sé que de canciones y de versos Y mientras tanto yo, seguía sonriendo Imaginando sus manos en mi espalda Sintiendo entre mis dedos el recuerdo De una piel jamás acariciada Y mientras tanto yo, cabalgando en la quimera De una abrazo en un portal de madrugada Desvistiéndonos por fin en su escalera Derramando nuestros sueños en su almohada Derramando nuestros sueños en su almohada Me quiso, así lo dijo, dejar claro Que vino acompañando a unos amigos La trova repetía, nunca había sido Lo que más le gustaba en ocasiones Tenían cierta gracia sus canciones Luego me tendió el disco, me pidió Que le escribiera algo, cualquier verso Y yo le obedecí, leyó sonriendo Sois cursis hasta en las dedicatorias Se dió la vuelta y chau, fin de la historia Y el barman comentó algo apurado Firma con su teléfono mi amigo Quizá no ha sido lo más acertado Y mientras tanto yo, seguía sonriendo Imaginando sus manos en mi espalda Sintiendo entre mis dedos el recuerdo De una piel jamás acariciada Y mientras tanto yo, cabalgando en la quimera De un abrazo en un portal de madrugada Desvistiéndonos por fin en su escalera Derramando nuestros sueños en su almohada Derramando nuestros sueños en su almohada