Isabel Parra

Ruego

Isabel Parra


Virgen del consuelo, madre celestial,
mira cuántos pueblos quedaron atrás,
quedaron atrás, madre celestial, quedaron atrás.

Todos los anduve con el solo afán
de secarme el llanto con tu delantal,
con el solo afán, con tu delantal.

Yo estaba sembrando de amores un surco;
con el viento fuerte se perdió su fruto,
se perdió su fruto.

Los pies no me sangran, reina del portal;
me sangran los ojos de tanto llorar,
tanto llorar, tanto llorar.

Cuidé un palomito sin padre ni madre,
cuando fue palomo se fue por los aires.

Dime si lo has visto, dime si no es tarde,
dime si es posible que Dios me lo guarde,
a mi palomo, palomito, que me lo guarde
a mi palomo.