Medio y medio entre grietas que cuelgan flotando de espaldas al cielo y árida espuma sufrida y crucial resolana barriendo las pircas Han agraviado de nuevo mi raza de Chile con pólvora y sangre sólida gota despierta sufrida terrores trenzando sus bridas Horno de los carniceros la hoguera descarga sus llaves atroces cuídate mi pueblo. Yo te conozco y conservas intacto el ansioso pezón de tus montes y te conozco y resguardas al vientre arrogante de todos tus ríos yo era sangre y ceniza como de costumbre si a hierro te hirieron y esta certeza alimenta la terca vigilia que me ensancha el ojo veré flotando en su linfa los cuerpos vencidos de nuestros verdugos vivirás mi pueblo. Quién ha llegado a tu meta y quién ha bebido en tus ácidas fuentes cargando en hombros los túmulos hoscos que eleva la sangre secreta y ha de copar en la boca tus nieves amargas y un viento de fuego y ha de fundir en el pecho veloces vertientes de orgánica lava y ha de saber que las lanzas de Arauco vendrán una noche matando te alzarás mi pueblo.