Mirando fotografías, reliquias de mi pasado, ayer quedé emocionado, frente a una vieja postal. El "Pabellón de Las Rosas", en una tarde de gloria, paseando en una victoria, yo con mi dulce mitad. Ella de larga pollera, sombrero de alto plumón y yo de negro a galera, de cuello duro y bastón. Como han cambiado esa estampa, los años con su rodar, hoy mi cabeza está blanca, no está mi dulce mitad. Parece que tienen alma, las viejas fotografías, mirándolas surgen días, y voces de su papel. En éstas fotos reviven, mi juventud, mis amores, Palermo lleno de flores, y el Buenos Aires de ayer.