Ay, el amor secreto, un cadencioso Levantar las solapas a los días, El dolor de gritar con las encías Te amo, ¡te amo! y un dolor hermoso: Te he sepultado viva, en mí, por mía, Y aún con la ropa vuelta calabozo Desbrochamos la melancolía Y desnudas las almas, qué alborozo, Qué abrazo en alma pura que nos dimos Y adentro se abrazaron las aortas Con mimos perfumados como un ramo. Si pudo ser o no, mi amor, qué importa, Qué importa si hemos muerto o si vivimos, Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo.