Al fin, un rancho más que se deja, total, porque no ha vuelto la prenda, allí, donde .se muere una senda, allí, donde los pastos se quejan y el viento se aleja silbando un dolor. Total, otra cocina sin brasas y un gaucho que pasa sin rumbo ni amor... Roldanita de mi pozo que cantaba su alborozo, ya no habrás de cantar nunca más. Sombra fresca del alero donde estaban los jilgueros, los jilgueros que hoy no están. Brillazón de mis trigales que mancharon los cardales cuando un día comencé a penar, cuando entraron los abrojos a morder en mis rastrojos y me eché a rodar. Se fue, dirá la gente del pago; se fue, tal vez detrás de otro sueño... Al fin, otro ranchito sin dueño; al fin, otra tapera tirada sin tropa ni aguada, sin gente ni Dios. Total, otro fogón desdichado, que un alma ha dejado sin fuego ni amor.