Mi piel palidece En el cuarto del puto hospital Reniego de todo, injusto final. Mi sangre podrida está Podrida, podrida, podrida está Y en mi cabeza pesadilla forjada. Tengo un virus contagioso Siento como me voy pudriendo Siento que mis palabras van delirando Siento que mis sentimientos hacia ti, son odio. Todos los días recibo el mismo Surtido de cotillas a mis espaldas Piensan que por estar aquí tumbado No pieso, no oigo, mi cuerpo no habla. Las rosas invaden mi habitación Esto parece cada vez más un cementerio Y en la cabecera de mi cama La cruz de madera ya está colgada. Inicio o quizás final, recuerdo todo aquello Que dejo, que se me escapa entre los dedos de las Manos y no dejo de pensar que es lo que viene Ahora, quizás algo bello y hermoso o quizás el Silencio eterno. Día tras día la misma inyección Que pone mi cuerpo a tono De sedantes y ostias Que hacen mi agonía más larga Porque no acabamos de una puta vez Y nos dejamos de dar la tabarra La solución está en tus manos Tan solo hay que soltar la palanca.