Nos piden milagros allende el mar Historias grandiosas para no dudar Del juicio de quienes le vimos pasar Amando a su pueblo y moviendo a pensar Los ojos humildes supieron brillar Los paralizados pudieron marchar Los siempre olvidados ganaron lugar Los templos de piedra se hicieron hogar ¡Proclámenlo santo! Haciendo sanar Los ríos de llanto Mordaza y espanto ¡Proclámenlo santo! Siguiendo su andar Escombros que gritan no pueden probar Pupilas de hielo no ven aletear El soplo inspirado que le hizo entregar Su amor desbordado tiñendo el altar Una flor marchita reviste su ajuar Un árbol talado vuelve a retoñar Un ave abatida retorna a volar Una voz callada no para de hablar