Tu canto fue vida y tu vida fue canto alguna vez, cuando lanzabas las piedras y observabas su desaparición. Ahora el río revuelve lágrimas de los abuelos. Frío que agrieta la piel de tus manos y se agrieta toto tu ser. Se agrieta todo mi ser. Jaurías peligrosas y sanguinarias sienten el olor de nuestros pasos. Vienen atrás. Son seres nocturnos y maéficos, quieren succionarte hasta la esencia hasta que no te sostengas sobre tus pies. Los ríos cambian su curso, los pueblos corren tras ellos, la vida cambia su curso y yo no me canso de seguirle el rastro. Empezó la huída de las almas en busca del mar. Ahora eres recuerdo, escapa de las sombras. Te perturba el viento. Dolor como parte de tu aire. No quieres ver el sol caer, cae la noce y caes tú.