Oiga, compadre, ese tango, ¡cacho de risa y de queja! Óigalo, está recordando aquello que hoy pa' siempre ya nos deja... En el Casino lo bailé por vez primera. ¿Se acuerda, viejo, qué mujer mi compañera? A sus compases, le hablé con confianza; a su cadencia, me dio una esperanza... ¡Toda la noche, calzao a mi paso, sumiso a mi brazo su cuerpo vibró! Y al fin del baile, prendidos seguimos, prendidos salimos p'al mismo rincón. ¡Milongas bravas aquellas del centro y los arrabales, donde dejamos las huellas! Adónde están, carnavales, que alegremente con ella del corso y teatro pasé? Del lindo tiempo florido de juventú y de verbena, com'un recuerdo perdido el eco resuena del tango de ayer Pare, compadre, la oreja, y oiga el romántico y triste himno de la guardia vieja que al empujón del tiempo le resiste... En el bailongo de una noche la vi amarme y en el bailongo de la vida despreciarme... Con ese tango me dijo: ¡Te quiero! Con otro tango cambió, compañero... Fama de trompo lucí y pisé fuerte; y el triunfo y la suerte me ataron piolín. Hasta que un día barrió mi leyenda y arreó con mi prenda mejor bailarín...