Huellas imborrables quedaron en tu mente heridas amargas que el tiempo no perdona. El corazón enfermó por tanto sufrimiento desgarra mis entrañas entre tantos recuerdos. Lágrimas cayeron por tus pálidas mejillas penetrando en mi alma lágrimas de odio salieron de tus ojos arrastrándome a la eterna soledad. Lágrimas que rompen el alma en agonía el ansia que corre por mi ser.