Tumbado en un callejón, su vista se nubló y cayó. Es otra noche familiar y son casi las dos en el país del no dormir. La policía no tardó en hacerse presente allí. No dejaron ni su reloj de piel, pero eso sí, quedó tal cual como cayó. Sus manos tiemblan. De espuma se cubrió. Tal vez con una soga al cuello adorne el callejón. Lluvia espacial lavará sus heridas. Pronto se irá del país del no dormir, país del no dormir. Como la cosa mas normal, cuando por fin pasó el alcohol a tiempo con su despertar pensó en su amor... La pena, en un soplo, volvió. Sentado con la indecisión de no saber muy bien quién es, la fría gota de sudor mojó su absurdo pié... Su espalda apoya en la pared. Alzó sus brazos tratando de volar. Sintió cercano el fracaso y lo volvió a intentar. Lluvia espacial lavará sus heridas. Pronto se irá del país del no dormir. País del no dormir. De él ya no se supo mas. Tampoco volvió a trabajar. La vida no es tan fácil por acá. Será que estás en el país del no dormir