No me digas, no me pidas, no, no, no, no lo que alguna vez, pero no tengo sed, los tarros de papel, no quiero estar contigo. No me sientes, no me puedes, no, no, no, no, lo que veré después, lo que no puedo ver, los tarros de papel, no quiero ser tu amigo. No me tires, no me cuentes, no, no, no, no, ya no quedó el color No pasó por Con-con, con-con-con se acabó el sabor, se acabó el marisco. No me quites la mirada. no, no, no, no lo que dolió en la piel, el fuego desde ayer, los tarros de papel las tierras del sigilo. Qué difícil la mañana en tu cuarto no entran balas El tibio deseo. De atrevida la ventana en tu espalda desolada el frío misterio No me encierres, ya me tienes, no, no, no, no cariño del color, la tarde ya cambió, el frío la cagó, se está saliendo el río. No me tires, no te fijes, no, no, no, no lo que cayó del sol, los vientos de algodón del suelo crecedor ya no me tiembla el frío. No me tires, no me cuentes, no, no, no, no, cariño de color No pasó por Con-con, con-con-con se acabó el sabor, se acabó el marisco. No me quites la mirada. no, no, no, no lo que dolió en la piel, el fuego desde ayer, los tarros de papel las tierras del sigilo. Cada paso un costalazo, En tu cama bien temprano El manto eterno. Cada huella, viento claro. en tus campos, viernes santo, en tus bosques bellos, bellos